El monopolio y los abusos en los macroconciertos encienden la llama de la rebelión de los fans


Mientras Elton John bate el record de recaudación gracias al alza de precios de las entradas, los seguidores de Bruce Springsteen llaman al boicot contra su ídolo

Nadie había ganado antes tanto dinero con una gira. Antes de despedirse de los escenarios, Elton John se ha pateado medio mundo con su Farewell Tour para hacer caja por última vez y lo ha hecho a lo grande. O mejor dicho a lo bestia: recaudando más de 817 millones de dólares, una cifra jamás vista. Ni Ed Sheeran, U2 o los Rolling Stones se acercan. ¿Tiene esto que ver con el tremendo alza de precios de las entradas? Por supuesto.

Hay un dato que lo demuestra: la segunda gira que más dinero ha recaudado, el Divide Tour de Ed Sheeran en 2019 con 776 millones de dólares, congregó a 8,9 millones de espectadores. Sir Elton ha ganado cuarenta millones de dólares más reuniendo a tres millones y medio menos (5,3 millones). Y cuando se gana más vendiendo menos, es porque se vende más caro.Hay un dato que lo demuestra: la segunda gira que más dinero ha recaudado, el Divide Tour de Ed Sheeran en 2019 con 776 millones de dólares, congregó a 8,9 millones de espectadores. Sir Elton ha ganado cuarenta millones de dólares más reuniendo a tres millones y medio menos (5,3 millones). Y cuando se gana más vendiendo menos, es porque se vende más caro.

Todos lo hemos notado. Desde que ha terminado la pandemia, los precios de las entradas se han disparado de forma llamativa. La espiral ascendente ha sido constante en los últimos diez años, pero lo que está ocurriendo ahora es un absoluto descontrol que está empezando a provocar arrebatos de ira entre los melómanos.Cuando se anunciaron las fechas del Farewell Tour y se pusieron las entradas a la venta, el inasumible rango de precios (entre los 120 y los 600 euros) provocó tal estallido de indignación en las redes sociales que acabó en los titulares de la prensa británica. Y lo mismo ha venido ocurriendo con cada gira de estadios que ha venido después, con Madonna, Beyoncé o Bruce Springsteen vendiendo tickets con un precio medio superior a los 250 euros.

Lo del boss ha dolido especialmente, porque nadie se esperaba que el presunto working-class hero se sumase a esta indecente tendencia que deja a los seguidores más pobres sin opciones de disfrutar de la música en directo.

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