The Prodigy, el punk iluminado


Se han presentado en el contexto del Icónica SantaLucía Sevilla Fest,

Partiendo de la base de que todo en esta vida tiende a evolucionar, si cogemos un disco del incipiente punk de los años 70 y lo comparamos con el concierto de esta noche de The Prodigy en Sevilla el parecido sería irreconocible. La banda británica es música en pura evolución, unos camaleones del pentagrama.
Se han presentado en el contexto del Icónica SantaLucía Sevilla Fest, dando motivos más que justificados a los críticos para seguir poniéndoles en problemas a la hora de meterles en una casilla musical en concreto. Pueden hacer rave, hardcore techno, industrial, breakbeat, big beat, metal industrial, o punk, o todo a la vez, y, para simplificar, ellos mismos se definen como referentes de Electronic Punk.

El reloj acababa de marcar las once y diez de la noche, y con la mitad del público recién acomodado tras haber visto la victoria de España ante Francia en las pantallas colocadas por el festival sevillano, The Prodigy elegía comenzar el concierto en alto, con ‘Breathe’, uno de sus himnos, una canción que se ha convertido en una de sus marcas de referencia desde la conocieron sus fans en noviembre de 1996.

Por aquel entonces ya tenían tres discos en el mercado y eran números uno en su estilo en Reino Unido, República Checa, Dinamarca, Finlandia, Hungría, Irlanda, Noruega y Suecia.

Ha sido un recorrido intenso por sus temas más icónicos, con ‘Omen’ o ‘Spitfire’ haciendo temblar literalmente el conjunto monumental en el que se celebra el festival, con ese estruendo musical solo guardado para algunos grupos concretos, con Maxim Reality alentando al público a seguirle en su recorrido por el escenario, sobre un juego de luces diseñado para darle, todavía, más énfasis al concierto.

Unas luces que han servido, además, para diseñar la silueta del recordado Keith Flint, vocalista del grupo hasta 2019 y fallecido ese mismo año con solo 49 años, en un recuerdo emotivo acompañado solo con música y tonos verdes presidiendo toda la escena, con Maxim Reality inmóvil en señal de respeto en lo más alto del escenario, junto a la batería.


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