Bruce Springsteen aumenta la épica de su leyenda en Madrid con un nuevo conciertazo


La fortaleza de la E Street Band y un repertorio repleto de clásicos deslumbran en un gran concierto en el que solo se resintió la voz del cantante

La fortaleza de la E Street Band y un repertorio repleto de clásicos deslumbran en un gran concierto en el que solo se resintió la voz del cantante

Esto no es un concierto, esto es una fiesta. La gente ha venido a cantar en comunidad y a pasarlo bien y, en algunos casos (en muchos casos), a revivir viejos recuerdos y sensaciones preservadas en la memoria igual que se guardan los amuletos.

Sabe más el diablo por viejo, y Bruce Springsteen nunca fue un diablo, aunque tocaba como un demonio, él y su grupo, que fue y sigue siendo un torbellino. Sabe más por viejo porque cree con una fe ciega que en un concierto tiene que haber sobre todo emoción, y él la gestiona como nadie, todavía a sus 74 años.

"¡Hola Madrid!", saluda 20 minutos más tarde de la hora prevista para el comienzo. "¿Estáis preparados?", pregunta tres veces. La gente grita y patalea. Es cierto que Bruce Springsteen y su E Street Band ya no no son capaces de actuar con la intensidad épica de hace cuatro décadas, pero sí que pueden ofrecer su mejor concierto posible de 2024, y a eso se han entregado esta noche ante los 57.000 asistentes del Cívitas Metropolitano.

Las canciones las tiene, que es lo más difícil, pero además hay que saber compartirlas, sacarlas de la rutina e invocarlas como si fueran un fenómeno natural, algo que aparentemente se manifiesta de manera única y turbulenta, y que la gente se las lleve a casa clavadas en el fondo de su memoria, canciones que se incorporan a la experiencia personal, a la forma de ser, canciones sobre las que construir una identidad. Así que las canciones las tiene, las tiene desde hace cinco décadas, pero además Springsteen y su grupo las transmiten con precisión, firmeza y carisma, oh, sí, viejos zorros.

Canciones como Lonesome Day, el arranque del concierto, un medio tiempo que va induciendo progresivamente una elevación del ánimo, con su secuencia de acordes cada vez más brillantes y alegres y la suma de instrumentos y de voces en el estribillo. El grupo, que alcanza la veintena de músicos, se apoya sobre un jovial arreglo de la sección de vientos (formada por cinco miembros) y las armonías vocales de los cuatro coristas, a los que se suman percusiones. Son muchísimas fuentes de sonido equilibradas con maestría y un solo objetivo: la fiesta. En cuatro minutos son todo brazos en el aire en el estadio, que celebra el regreso de Springsteen a Madrid tras ocho años de ausencia, en su decimotercer concierto en la ciudad.

Leer más: Bruce Springsteen aumenta la épica de su leyenda en Madrid con un nuevo conciertazo | Música (elmundo.es)

Leer más: The Boss ya está aquí: Bruce Springsteen y la E Street Band aterrizan en Madrid (peperadio.es)


Compartir