Paul Weller, un clásico pletórico y alérgico a la nostalgia


El músico británico cerró en Razzmatazz su gira española con un memorable repaso a su presente y puntuales guiños a The Jam y The Style Council

Sonó Shout The Top! sin enérgicos violines pero con el público ejercido de improvisada orquesta, templó los ánimos el británico pasándole la mano por el lomo a la aterciopelada My Ever Changing Moods y quedó claro que, si quisiera, Paul Weller podría mover el mundo haciendo palanca únicamente con sus prodigiosos ochenta. De himno en himno, de los Jam a The Style Council, y a otra cosa.

Eso, sin embargo, sería lo fácil. Y lo aburrido. Porque si algo se ha esforzado en dejar bien claro el británico es que, pese a atravesar la new wave como un rayo, licenciarse en soul estiloso y estilizado, a pesar incluso de amasar un glorioso repertorio de pop inmortal, siempre le ha resultado más estimulante el presente que el pasado. Si hay que mirar hacia atrás, que sea solo para tomar impulso. Y si hay que descorchar Start! por millonésima vez, que sea después de un frondoso y exhaustivo repaso a Saturns Pattern, Fat Pop (Volumen 1) y On Sunset, publicados los tres en la última década y pilares maestros de su regreso a Barcelona seis años después de su última actuación.

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