Arctic Monkeys, intachable rock cantado por un dandy que nunca será Gainsbourg


Los británicos abruman a su paso por el WiZink Center ofreciendo un sonido potentísimo y una eficaz performance de su repertorio retromaniaco

Saudade del feto de cuando era embrión. Nostalgia de hace cuatro segundos. Bebotes en la guarde con morriña de tiempos pretéritos. ¡Y cómo era Twitter antes de Elon Musk! Los tiempos se han fragmentado y acelerado a lo loco, destruyendo nuestra capacidad de concentración para necesitar el gugleo, y a la vez la mercadotecnia explota el revival y el pasado que echamos de menos (y que no existió) como si no hubiera un mañana. Y ayer, hace eones ya, los Arctic Monkeys en el WiZink Center dieron un concierto impecable mientras el fascismo y el comunismo, que dicen los finos analistas, debatían en Atresmedia. ¡Gracias por ahorrarme esa basura, amigos de Sheffield! Que no tienen ni cuarenta años pero el relato es así, como si fueran un dinosaurio que no conoció meteorito. Cierto es que su estilo está demodé y ellos miran al pasado sin vergüenza, como una IA rastreando a quién fusilar.


Compartir