¡Cumplimos 18 años!AC/DC sacuden Melbourne: su concierto activa los monitores sísmicos
La legendaria banda australiana demuestra que su energía sigue siendo capaz de mover la tierra
El pasado fin de semana, AC/DC ofreció un concierto en Melbourne que pasará a la historia no solo por su música, sino por su impacto físico en la ciudad. La intensidad del sonido y la vibración generada por decenas de miles de asistentes provocaron que los monitores de terremotos locales detectaran actividad sísmica, como si se tratara de un pequeño temblor. Este fenómeno, aunque insólito, confirma la fuerza de la banda australiana, que tras más de cinco décadas sigue desplegando una energía capaz de trascender lo musical.
Los especialistas explicaron que los sensores sísmicos son extremadamente sensibles y que, en ocasiones, grandes concentraciones humanas pueden generar registros similares a los de un movimiento telúrico. En este caso, el estruendo de guitarras, baterías y voces, sumado al salto y la euforia del público, bastaron para que los equipos de medición se activaran. No hubo riesgo para la población, pero el hecho se convirtió en una anécdota que refuerza el mito de AC/DC como una de las bandas más poderosas del rock.
El concierto formó parte de la gira mundial que el grupo ha retomado tras varios años de pausa. Con clásicos como Highway to Hell, Thunderstruck y Back in Black, los australianos demostraron que su repertorio sigue siendo un arsenal de pura electricidad. La puesta en escena incluyó pantallas gigantes, efectos de luz y un sonido atronador que, literalmente, hizo temblar Melbourne.
Este episodio recuerda otros casos en los que la música ha tenido impacto físico medible. En 2011, por ejemplo, un partido de fútbol americano en Seattle provocó un “Beast Quake” registrado por sismógrafos debido al rugido de la afición. Ahora, AC/DC se suma a esa lista con un concierto que confirma su estatus de leyenda.
Más allá de la anécdota, el evento refuerza la conexión entre la banda y su público. AC/DC no solo ofrece música: brinda una experiencia sensorial que involucra cuerpo y alma, capaz de dejar huella en la memoria colectiva… y en los registros sísmicos.
