Millonarios desde el más allá: los famosos que siguen generando fortunas tras su muerte


Artistas como Michael Jackson, Elvis Presley o Whitney Houston continúan acumulando millones cada año gracias a sus legados musicales, licencias comerciales y derechos de imagen

Aunque ya no están entre nosotros, algunas celebridades siguen generando ingresos que muchos vivos envidiarían. El fenómeno de los “millonarios póstumos” se ha convertido en una constante en la industria del entretenimiento, donde el legado artístico y comercial de ciertos íconos sigue siendo una fuente inagotable de beneficios.

Encabezando esta lista está Michael Jackson, quien tras su fallecimiento en 2009 ha mantenido su estatus como uno de los artistas más rentables del planeta. Solo en 2023, sus ingresos superaron los 115 millones de dólares, gracias a acuerdos con Sony, derechos de autor, merchandising y espectáculos como MJ: The Musical en Broadway.

Otro caso emblemático es el de Elvis Presley, cuyo imperio sigue vivo desde Graceland. El “Rey del Rock” genera decenas de millones anuales gracias a la venta de entradas, productos oficiales y licencias musicales. Su imagen sigue siendo utilizada en campañas publicitarias, documentales y películas, como la reciente biopic dirigida por Baz Luhrmann.

El tercer puesto lo ocupa Ray Manzarek, teclista de The Doors, con 45 millones de dólares. Esta cifra se debe principalmente a la venta de su participación en el catálogo de la banda a la empresa Primary Wave Music, que gestiona derechos de artistas icónicos.

También destacan figuras como Whitney Houston, Bob Marley y Prince, cuyos catálogos musicales y derechos de imagen continúan siendo explotados por sus herederos y empresas asociadas. En muchos casos, la gestión post mortem de sus marcas ha sido incluso más rentable que en vida, gracias a estrategias de marketing digital, reediciones y acuerdos con plataformas de streaming.

Este fenómeno no se limita a músicos. Actores como Marilyn Monroe y James Dean también figuran en los rankings de celebridades fallecidas con mayores ingresos. Sus rostros siguen apareciendo en campañas de moda, productos de lujo y contenidos audiovisuales, demostrando que el valor simbólico de ciertas figuras trasciende generaciones.

La industria del entretenimiento ha perfeccionado el arte de mantener vivo el legado de sus estrellas, convirtiendo la nostalgia en un negocio multimillonario. Desde hologramas en conciertos hasta colecciones NFT, el futuro de los “millonarios desde la tumba” parece asegurado.

En definitiva, la muerte no es el final para quienes han construido una marca sólida. En muchos casos, es el comienzo de una nueva etapa comercial, donde el mito se convierte en moneda y el recuerdo en rentabilidad.



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