Dave Grohl sorprende al comprar una camiseta pirata de Oasis en Los Ángeles
El líder de Foo Fighters demuestra su humildad y fanatismo en pleno concierto de los Gallagher
Dave Grohl, exbaterista de Nirvana y actual
líder de Foo Fighters, ha protagonizado una escena inesperada que ha
conquistado a los fans del rock. Durante el fin de semana del 6 y 7 de
septiembre, mientras Oasis ofrecía dos conciertos en el estadio Rose Bowl de
Pasadena como parte de su gira norteamericana Live ’25, Grohl fue fotografiado
comprando una camiseta pirata de la banda británica a un vendedor callejero.
La imagen del músico, sosteniendo la prenda
y aparentemente pagando por ella, se viralizó rápidamente en redes sociales. En
Reddit, los comentarios celebraban el gesto: “¡A todo el mundo le encantan las
camisetas piratas!”, escribió un usuario. Otro añadió: “¡Jajaja, qué auténtico
es para eso!”. En X (antes Twitter), un fan bromeó diciendo que la camiseta era
“unos 50 dólares más barata” que la oficial.
Este momento ha sido interpretado como una
muestra de humildad y autenticidad por parte de Grohl, quien nunca ha ocultado
su admiración por Oasis. En varias entrevistas, ha calificado a la banda como
“la mejor que he visto en mi vida” y ha elogiado a Liam Gallagher como “una de
las últimas estrellas de rock que quedan”.
La relación entre ambos artistas ha sido
cordial y llena de respeto mutuo. De hecho, Liam dedicó la canción Cigarettes
& Alcohol a Grohl durante un concierto en solitario en Londres el año
pasado, reforzando el vínculo entre dos generaciones del rock.
Este gesto de Dave Grohl no solo ha generado
simpatía entre los fans, sino que también ha reavivado el debate sobre el
precio del merchandising oficial en los conciertos. En una era donde las
entradas y productos oficiales alcanzan cifras elevadas, la imagen de una
estrella internacional comprando una camiseta pirata se convierte en un símbolo
de cercanía y rebeldía.
La anécdota, sencilla pero poderosa,
recuerda que incluso los ídolos del rock siguen siendo fans en el fondo. Y que,
a veces, una camiseta de 10 dólares puede decir más que mil palabras.
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