Robbie Williams, en el punto de mira: compositor irlandés reclama derechos de autor por el éxito “Angels”


Ray Hefferman asegura haber coescrito la icónica balada y exige una compensación retroactiva por su éxito global

El compositor irlandés Ray Hefferman ha anunciado que emprenderá acciones legales contra el cantante británico Robbie Williams por los derechos de autor de la emblemática canción Angels, publicada en 1997 como parte del álbum debut en solitario del artista, Life thru a Lens. Hefferman sostiene que fue coautor de la versión original del tema, titulado Angels in Paris, y que su contribución fue ignorada tras la publicación oficial del sencillo.

Según declaraciones recogidas por el diario Irish Independent, Hefferman conoció a Williams en un pub de Dublín durante las navidades de 1996, poco después de que el británico abandonara el grupo Take That. Aquella noche, ambos regresaron al domicilio del compositor irlandés, donde Hefferman interpretó la canción que había escrito tras una experiencia personal traumática: la pérdida de un embarazo por parte de su pareja.

Posteriormente, alquilaron un estudio en Dublín para grabar una maqueta que Williams llevó al productor Guy Chambers, quien acabaría firmando como coautor del éxito Angels. Hefferman afirma que inicialmente se le ofrecieron 2.500 libras por ceder los derechos, cifra que aumentó a 7.500 tras solicitar que su nombre apareciera en los créditos del álbum. Sin embargo, su nombre nunca fue incluido.

Ahora, respaldado por asesores legales, Hefferman planea presentar demandas en Reino Unido y Alemania, basándose en una directiva de la Unión Europea que contempla una “cláusula superventas”. Esta normativa permite a los creadores reclamar una compensación retroactiva por obras que hayan generado ingresos extraordinarios. En el caso de Angels, el tema acumula más de 650 millones de reproducciones en Spotify y es considerado uno de los himnos más reconocibles de Williams.

El compositor irlandés aspira a obtener alrededor del 33% de las futuras ganancias generadas por la canción. “Es una batalla de David contra Goliat”, declaró Hefferman, refiriéndose a la fortuna estimada de Williams, que ronda los 300 millones de euros. “Como compositores, muchas veces se nos dice: ‘Firmaste el contrato, mala suerte’. Pero nuestras canciones son la piedra angular del espectáculo”, añadió.

Este caso podría sentar un precedente importante en la industria musical europea, especialmente en lo que respecta a la protección de los derechos de autor en obras que alcanzan un éxito masivo.

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