El McCartney más íntimo para unos pocos afortunados: así fue su concierto sorpresa en Nueva York

El exbeatle dio un concierto sorpresa en el club Bowery Ballroom de Nueva York ante menos de 600 fans

Cualquier oportunidad que haya de ver a Paul McCartney en directo en uno de esos grandes estadios llenos hasta la bandera no debe ser desaprovechada, pero poder disfrutar del arte del legendario exbeatle en las distancias cortas, en un pequeño club, es algo reservado para unos pocos afortunados. Como los poco menos de 600 avispados aficionados que agotaron en cuestión de minutos las localidades para su concierto sorpresa en el Bowery Ballroom de Nueva York la noche del pasado martes.

El evento fue tan improvisado que las entradas se pusieron a la venta el mismo día en la taquilla del recinto, a la antigua usanza, sin colas virtuales. El primero en llegar era el primero en ser atendido. En media hora se agotó todo. El anuncio se hizo únicamente a través de la cuenta oficial de Instagram de Macca. El show, titulado Paul McCartney Rocks The Bowery, prometía ser un soplo de aire fresco en comparación con los últimos y multitudinarios conciertos en grandes recintos ofrecidos en la gira Got Back, que tuvo parada en Madrid el pasado mes de diciembre.

La última vez que el mítico músico de 82 años actuó en Nueva York fue hace tres años en el MetLife Stadium, uno de los estadios más grandes de la NFL, con un aforo de 82.500 localidades. En comparación, las 600 personas que caben en el Ballroom es una cifra ridícula. Los allí reunidos pudieron disfrutar de un repertorio repleto de clásicos de los Beatles y éxitos de Wings, con canciones como Lady Madonna, Got to Get You Into My Life, Let It Be y Hey Jude.

El veterano artista estuvo acompañado por su banda de directo habitual y una sección de vientos compuesta por tres músicos. Por supuesto, también hubo espacio para el recogimiento acústico, como cuando interpretó Blackbird solo con su guitarra y aprovechó para reflexionar sobre cómo escribió ese tema para el Movimiento por los Derechos Civiles, ante el entusiasmo de los fans congregados por tener a Macca solo unos metros delante de ellos.

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