El día que Boy George pudo morir de forma estrafalaria aplastado por una bola de espejos
Fue en los ensayos de un concierto que los Culture Club iban a dar con motivo de su gira de reunión
Puede que hubiera sido la muerte deseada por el rey del exceso neorromántico: en un escenario y aplastado por una bola de espejos de discoteca. Y ni aunque en sus mejores sueños hubiera imaginado un fallecimiento más histriónico y teatral, la parte buena es que sobrevivió al accidente. Hablamos de Boy George, líder de Culture Club, una de las bandas que lideró el movimiento de los nuevos románticos en Reino Unido en la década de los ochenta. La enorme bola de espejos, de casi treinta kilos de peso, cayó sobre él, le causó serias heridas pero, por muy poco, respetó su vida.
Ocurrió el 14 de diciembre de 1999, hace veinticinco años. Su grupo, Culture Club, había dejado de tener notoria resonancia hacía tiempo, y él mismo había publicado varios discos en solitario, pero en una gira de reunión, la banda recaló en el Bournemouth International Center de la ciudad inglesa de Dorset. Durante la prueba de sonido, una de las tres bolas gigantes de espejo se desprendió del techo y se desplomó sobre el cantante.
Según algunos testigos, por cuestión de centímetros la bola no golpeó directamente la cabeza de George, lo que probablemente había puesto fin a sus días. En cambio, colisionó sobre una de sus orejas y un hombro, causándole algunas heridas. Según declaró días después al diario The Sun, “he sobrevivido y sigo aquí, aunque mi espalda me duele mucho. Me dio en mi oreja, que me duele también”. Después de ser atendido por los servicios médicos, horas más tarde pudo realizar el concierto como estaba previsto.

¡Cumplimos 18 años!