Las cinco mejores canciones de britpop (y la mejor no es ni de Oasis ni de Blur)
Los mods, el pop, el glam o el punk fueron metidos en una nueva licuadora para competir con el «grunge» de Estados Unidos
A finales de los 80 y principios de los 90
la música británica se había agotado. Los Smiths se habían ido y con ellos
había llegado un silencio impropio del lugar.
El «grunge» en Estados Unidos, con Nirvana
(y Pearl Jam) a la cabeza se había adueñado del mundo musical. Era la novedad y
el bombazo que de algún modo tuvieron que «imitar» los productores al otro lado
del Atlántico.
El «grunge» venía de los sellos
independientes de Seattle y a los sellos independientes británicos recurrieron
para crear una nueva armada musical inglesa construida con Pulp, Oasis, Blur y
Suede, fundamentalmente.
Toneladas de papeles de revista se emplearon
en magnificar el nuevo rock inglés y en en hacer subir al escenario mundial a
los jóvenes grupos cosechados en la Inglaterra de Margaret Thatcher.
Los mods, el pop, el glam o el punk fueron
metidos en la nueva licuadora. Las multinacionales se encargaron de lanzar el
nuevo producto. Kurt Cobain, líder de Nirvana, murió en 1994, y todos esos
«soldados» británicos se lanzaron a conquistar el mundo en su enorme ausencia.
Y lo consiguieron. Lo que sucedió es que
apenas fueron unos pocos años. La disputa más publicitaria que real entre Oasis
y Blur por el supuesto trono del britpop fue el signo de una popularización que
terminó acabando con él.
Su recorrido terminó, sobreexplotado, y
muchas de sus «banderas» se «arriaron» para aparecer con otras formas, hartas
del concepto que ahora vuelve con el regreso de Oasis, de los 20 a los 50 años,
para devolver una pequeña, pero importante época musical.
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